LA FLOR DE LIROLAY
Hace muchos años, en lugar muy lejano, vivía un rey con sus tres hijos. El rey era muy honrado e honesto. Este rey, por motivos desconocidos, se había quedado ciego. Tras consultar los mejores médicos del mundo, seguía sin saber como curarse. Sus hijos estaban muy tristes por lo que pasaba y ellos tampoco sabían que hacer para curarlo.
Un dia, llego a la ciudad un viejo sabio que decia saber como curar la
cegera del rey.
- Si la flor de Lirolay consigues encontrar - explico el sabio muy convencido - podras volver a ver de nuevo solo con aplicartela en los ojos. Pero muy dificel te sera conseguir la flor de Lirolay.
La flor de Lirolay se encontraba en tierras muy lejanas y eran tantas las dificultades del viaje y de la búsqueda que resultaba casi imosible conseguirla.
Los tres hijos del rey se ofrecieron para ir en busca de la flor. El padre prometió cederle la corona al que consiguiera traerle la flor del Lirolay. Los tres hermanos se marcharon juntos. Hasta que llegaron a un cruce que se dividia en tres caminos. Cada uno se marcho por un lado pactando volverse a encontrar hay de nuevo al cabo de un año, fuese cual fuese el resultado de la busqueda.
Pasaron dias y dias y cada vez habia mas dificultades para seguir a delante. Fueron tantas y tan difíciles las pruebas, que los dos hermanos mayores abandonaron. En cambio el hermano menor continuo, ya que, queria con toda su alma a su padre. Este, al final, consiguió apoderarse de la flor de Lirolay. Pasado un año, los tres se encontraron de nuevo en el lugar pactado. Cuando los dos hermanos mayores vieron llegar al menor con la flor
empezaron a desesperar:
-¿Como habra conseguido la flor? - pregunto muy extrañado uno de los hermanos - ¡Si no pudimos conseguirla ni nosotros!
- ¡ Lo se ! - exclamo el otro muy asustado – Si se la entrega a nuestro padre, nos robara la corona.
- ¡ Que vamos a hacer ! - grito uno de ellos - ¿Tienes alguna idea ?
- Lo tengo – comento uno bajando la voz – Le quitaremos la flor a la fuerza y lo enterraremos aquí mismo. No nos queda otra.
Hizieron un enorme agujero, para enterrar el hermano. Cuando este llego, los dos se callaron para que no los pudiera descubrir. Y a continuación, lo empujaron al agujero y lo enterraron vivo quitandole la flor milagrosa.
Al dia siguiente, los dos hermanos llegaron al palacio. Cuando le entregaron la flor al rey y este se la aplico en los ojos, recobro la vista. El rey se puso muy contento y empezo a saltar y a gritar. Pero, luego se dio cuenta de que no veia a su hijo menor por ninguna parte.
- ¿ Donde esta vuestro hermano? – pregunto el rey muy extrañado – ¿Cómo es que no esta con vosotros?
- Sentimos comunicartelo pero, fueron tan difiles las pruebas que hubo que superar que a causa de todo, fallecio.
La alegria del rey se convirtió en tristeza al escuchar aquella noticia.
De la cabellera del príncipe enterrado, crecio un lozano cañaveral. Al pasar por alli un pastor con sus ovejas, le parecieron tan esplendidas las cañas que alli habia, que aprovecho la ocasión y con una caña se hizo una flauta. Cuando el pastor empezo a tocar de la flauta salia una musica muy extraña:
No me toques, pastorcito,
ni me dejes tocar;
mis hermanos me mataron
por la flor de lirolay.
El pastor muy extrañado fue lo mas rapido que pudo hacia el palacio. Entonces, el rey quiso probar por si mismo la flauta y sonaba hasi.
No me toques, padre mío,
ni me dejes tocar;
mis hermanos me mataron
por la flor de lirolay.
Entonces, mando traer a sus hijos, para que esta vez la tocaran ellos. Tras tocar la flauta sono algo asi:
No me toquen, hermanitos,
ni me dejen tocar;
porque ustedes me mataron
por la flor de lirolay.
Esa misma tarde, llevando el pastor al lugar donde había cortado la caña de su flauta, el les mostro el lozano cañaveral. Cavaron justo alli y vieron la silueta de un joven. Lo sacaron lo antes posible. Cuando el principe les conto a todos la verdad tal y como era, el rey quedo muy defraudado. Tal era la cosa que sus hijos mayores habian hecho, que los condeno a muerte a los dos. El joven príncipe destinado a rey, no sólo los perdonó sino que, con sus ruegos y suplicas, consiguió que el Rey también los perdonara. El que de verdad logro la flor de Lirolay fue rey, y su familia y su reino vivieron largos años de paz y de felicidad.
Planetaren ordua /La hora del planeta.
Hace 14 años
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